Definitivamente la industria del cine quedaría en la bancarrota, pues cada cabeza es un mundo y cada persona tiene gustos diferentes, así que en una función de cine no creo que a todos los espectadores les guste la película y no creo que todos paguen su entrada, además cada persona le pondría un precio a la película de acuerdo a la satisfacción o gusto que le produjo, por lo que no abría una tarifa fija, no obstante en estos tiempos de crisis, para los que no tenemos mucho capital, podría ser una oportunidad para asistir con más frecuencia al cine. ¡Pobres de los que se dedican a hacer películas!
